Exasperado...
recogiendo de tus palmas
los retazos de perfumes
que derrochan tus andanzas
para con esas dádivas
filtrar del mapa de tu cuerpo
cada célula sobreviviente,
reticentes a la penúltima conquista...
Saberlo, pero callar.
Imaginarte confinada
a otras formas masculinas
desbordándote de alientos
remotamente imaginarios
y en el temor de mi ostracismo
aceptarte dividida
ante la inevitable angustia
de perderte en nuevo vuelo...
Ante el miedo de tu ausencia
acepto esta parte de tu todo
que justifica este consuelo
cuando le das forma de regreso.
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